Para una marca venezolana como Alimentos La Giralda, llegar a sus 80 años es un momento único y digno de celebración, donde se regocijan no sólo por ver el camino recorrido, sino también por cada paso firme que les ha permitido avanzar y seguir formando parte importante de la cotidianidad y las tradiciones de los venezolanos.

Venezuela es un país lleno de gracia, de oportunidades y con una calidad humana invaluable, dispuesto a abrirle las puertas, con bombos y platillos, a todo aquel que quiera sumar un granito de arena a la madre patria. Y es así como nace esta historia, desde principios del siglo XX, cuando los españoles residentes en nuestra tierra, habían conformado organizaciones que les permitían combinar su nueva vida con el mantenimiento de relaciones comerciales con su país de origen.

A través de esta pasaje, Ocarina Castillo, mentora del Concurso Cocina Creativa de Alimentos La Giralda, quien ha acompañado y conoce muy de cerca la trayectoria de la marca, nos relata esta gran historia desde sus inicios: Fue precisamente en el marco de estas relaciones de amistad y cooperación económica hispano-venezolana que un integrante de esa organización, Francisco López Gómez, fundó en 1943 la empresa de productos alimenticios La Giralda con el propósito de comercializar aceitunas y alcaparras, procedentes de Andalucía. El negocio comenzó con un espacio reducido, modesto y desconocido en Caracas, que fue creciendo y rápidamente contó con un galpón ubicado en Yare, Valles del Tuy, en el que se dedicaban al procesado y envasado de los productos.

En 1979, Francisco López Gómez vendió la marca al sevillano Enrique Moreno de la Cova, prominente empresario y líder de proyectos culturales y deportivos de gran envergadura, quien asumió la presidencia de La Giralda C.A. en Venezuela hasta 1983. A partir de ese entonces la empresa fue adquirida por un grupo económico muy importante, el “Grupo Fierro”, con sede en España y auspiciosos negocios en toda América Latina, que pasó a convertirse en uno de los líderes en el mercado venezolano.

Bajo esta administración, en 1984 lleva su sede a Cagua, Estado Aragua, una de las principales zonas industriales de Venezuela, en esta planta la empresa diversifica su producción e incorpora nuevos productos a su portafolio, a base de tomates, como salsas y jugos, vegetales, a su vez incorpora enlatados como maíz y guisantes, diferentes tipos de salsas como soya, inglesa, ajo y picante.

Según narran algunos de sus más antiguos trabajadores, el inicio de los años noventa fueron de gran dinamismo, llegándose a producir algunos rubros que todavía hoy recuerdan los empleados y probablemente también los consumidores. De los rubros tradicionales, tomate pelado, aceituna, alcaparra, encurtidos, guisantes al natural, con zanahoria y mixtos, y las salsas de soya, inglesa, picante y de ajo; la línea de envasados La Giralda: lentejas con chorizo ahumado, carne mechada, Diablito y Paté de Hígado (de pollo y de res) así como los dulces de duraznos (de la Colonia Tovar) y melocotones en almíbar (importados). También producían jarabe de caramelo líquido, maní salado enlatado y aceitunas negras.

La dirección del Grupo Fierro se extendió hasta el 2013 cuando La Giralda fue adquirida por un nuevo propietario, el Sr. Antonino Buttaci socio del llamado “Grupo Buttaci” integrado por familias de ascendencia italiana radicadas en Venezuela desde hace más de 40 años, con diferentes negocios activos en la región de Santa Bárbara del Zulia.

Desde entonces con su sede en Caracas, la planta en Cagua y las diferentes comercializadoras a lo largo del territorio, La Giralda continúa renovando día a día su compromiso como empresa de alimentos, dedicados a la importación, fabricación y distribución de productos envasados a bases de tomates, vegetales, encurtidos y frutas. Continúa su proceso de automatización y ha aumentado la cantidad de sus trabajadores, así como el compromiso de ellos con la institución.

Su propósito es seguir apostando por la producción en Venezuela con ingredientes cultivados en nuestras zonas agrícolas (como el caso del tomate procedente de Altagracia y El Sombrero, en el Edo. Guárico), ofrecer una relación justa y respetuosa al personal, favorecer un buen trabajo en equipo y cuidar el medio ambiente. Honrar el lema “Variedad a tu gusto”, aportar soluciones y sabores a los hogares a lo largo del territorio nacional, agradeciéndoles la confianza y preferencia que le han dado a la marca.

La modernización de sus plantas, la instalación de nuevas líneas de producción y el refrescamiento de imagen son acciones orientadas a preservar el pasado que atesoran para afianzar continuidad y futuro.

Hoy Alimentos La Giralda cuenta con un portafolio formidable, para complacer a la familia venezolana en el que además de los productos tradicionales, se destacan, la salsa de tomate Ketchup, la mayonesa, el puré de tomate “tomatodo”, las salsas Bolognesa y Napolitana, Salsa 79 y BBQ, los encurtidos, las aceitunas enteras y aceitunas rellenas, alcaparras, vinagre y salsas de ingredientes como ajo, inglesa, soya y picante, se ofrecen en envases de frasco y plástico.

Muchos de estos productos forman parte de las preparaciones propias de las fiestas navideñas, y en particular, a los ingredientes infalibles en la hallaca y la ensalada de gallina, sea cual sea su especificidad regional. Tal como dice el director Mariano Mantione, “La Giralda combina… lo tradicional de la marca y los avances que exigen estos tiempos”.